El 29 de marzo en Chile se conmemora el Día del Joven Combatiente. Esta fecha, que tiene un origen trágico y doloroso, representa una lucha por la justicia y la memoria.
El Día del Joven Combatiente surge en recuerdo de Mauricio Maigret, Paulina Aguirre y los hermanos Rafael y Eduardo Vergara Toledo, quienes fueron asesinados por agentes del Estado en 1984 y 1985. Desde entonces, la fecha ha sido utilizada como un momento para recordar a todas las víctimas de la represión política y para reafirmar la lucha contra la impunidad y la violencia institucional.
El significado del Día del Joven Combatiente es especialmente importante en Chile, un país que ha sufrido décadas de represión política y social. En este contexto, la memoria y la lucha contra la impunidad son fundamentales para construir una sociedad más justa y democrática.
Sin embargo, en los últimos años, se ha visto una amenaza a estos valores. La llamada “Ley Retamal” busca otorgar privilegios a carabineros y policías, otorgándoles impunidad ante acciones violentas y desproporcionadas. Esto es particularmente preocupante en un país que ha sido testigo de múltiples violaciones a los derechos humanos por parte de agentes del Estado.
La vida de un carabinero o policía no vale más que la de una persona común y corriente. Cualquier acto de violencia debe ser investigado y sancionado de acuerdo a la ley, sin excepciones. La justicia y la memoria deben ser los pilares fundamentales de cualquier sociedad democrática.
La agresividad tanto de delincuentes como de policías es un problema complejo que tiene múltiples causas y factores. Algunas posibles medidas para disminuir la agresividad podrían ser:
- Promover la educación y la formación en habilidades sociales y emocionales tanto para los policías como para los jóvenes en riesgo de caer en conductas delictivas.
- Fomentar la cultura de diálogo y la resolución pacífica de conflictos, a través de programas y actividades que involucren a la comunidad y a la policía.
- Proporcionar un ambiente laboral seguro y saludable para los policías, que incluya medidas para reducir el estrés, la sobrecarga de trabajo y la exposición a situaciones traumáticas.
- Implementar mecanismos de supervisión y control de la conducta policial, así como de sanciones efectivas para los casos de abuso de autoridad o violencia policial.
- Desarrollar políticas públicas integrales para la prevención del delito, que aborden las causas estructurales del problema, como la pobreza, la desigualdad y la exclusión social.
Cabe destacar que estas son solo algunas de las posibles medidas, y que la solución a la agresividad tanto de delincuentes como de policías es un proceso que requiere de un enfoque multidisciplinario y una participación activa de todos los sectores de la sociedad.
En este Día del Joven Combatiente, es fundamental reafirmar nuestro compromiso con la lucha por la justicia y la memoria, y rechazar cualquier intento de otorgar privilegios a los agentes del Estado. Solo así podremos construir un futuro más justo y democrático para todos.
Con cariño y un poco de rabia,