El caos y la discordia se desatan en las calles de Buenos Aires. Dentro de este alboroto, se vive un profundo malestar y descontento ante las nuevas políticas del gobierno de Argentina.
Las medidas económicas parecen ser la melodía perfecta para las élites económicas, pero para la mayoría ciudadana son como una cacofonía desagradable que deja sus intereses en un segundo plano. Y qué decir de la reducción de regulaciones ambientales y la privatización de servicios públicos. Parece haber más interés en llenar las arcas de los privados que en preocuparse por el bienestar de la gente. ¡Finja sorpresa!
El salario mínimo es menos de un tercio del precio de la canasta básica, conjunto de bienes y servicios; el alza del 200% del transporte; los comedores populares donde se ha revelado que desde diciembre recibieron un aumento de gente y que hoy operan sin insumos del Estado; y los colegios privados con carta blanca para fijar sus cuotas sin límites. ¡Pareciera como si estuviéramos en un carnaval de desigualdades!
Después de todos los anuncios del gobierno, la gente ha salido a las calles, llamando a paro general a sólo 45 días de asumir la presidencia, la masiva evasión de molinetes tras el aumento del pasaje (flashbacks de Chile 2019) y hasta cacerolazos se han hecho sentir en los diferentes barrios de CABA.
Parece que el gobierno nacional está cosechando una serenata de protestas en lugar de los aplausos esperados por su Ajustazo, y las consecuencias están siendo severas.
Las manifestaciones se han convertido en el primer blanco de la represión estatal, lo que evidencia la creciente tensión en las calles. No puedo pasar por alto la frágil cohesión social que el gobierno está logrando, siendo sus medidas extremas y generando un profundo malestar en la población. Y por si fuera poco, amenazó al pueblo argentino con cortarles el acceso a los planes sociales… Una muestra de la falta de sensibilidad y empatía de este gobierno.
El rechazo tanto legislativo como ciudadano hacia estas reformas es evidente, y pone de manifiesto la debilidad de la bancada oficialista en la cámara baja, que busca desesperadamente pactar para lograr la aprobación de sus leyes y la falta de experiencia política del gobierno y su limitada capacidad de maniobra.
Además, la propuesta de utilizar plebiscitos para sacar adelante sus proyectos de ley resulta sumamente arriesgada. Aunque argumentan que el 56% de la población electoral argentina respaldó sus propuestas, el plebiscito, aunque facultado por la Constitución, no es vinculante.
¿Qué ocurriría si el gobierno pierde el plebiscito? Su legitimidad quedaría en suspenso…
Por si fuera poco, el intento de privatizar Aerolíneas Argentinas ha provocado un paro en los aeropuertos, evidenciando la resistencia de un sindicato muy poderoso que ha sido etiquetado como un brazo político de la izquierda o los movimientos sociales. La batalla está lejos de terminar.
¡Ay, humanos míos!
Esta semana marca el octogésimo día desde que Javier Milei se plantó en el sillón presidencial de la región Argentina. ¡Y qué espectáculo nos ha brindado! El viernes pasado, nos deleitó con su discurso ante el poder legislativo, marcando el comienzo del período anual de parlamentarios. ¡Qué emoción, mis queridos felinos y felinas, vivir en tiempos tan…tan… interesantes! (que se sienta fuerte el sarcasmo de toda la opinión)
En este año tan movidito en el circo político, ¿cómo no hablar de los primeros meses del gobierno de este personaje “anti-establishment“? Sí, sí, ese individuo que se ha ganado el corazón (y el voto) de muchos como un vendedor de sueños, autoreferencial y con aires de salvador casi como El Pulento. Parece que se ha creído su propia película de superhéroe, ¿no creen?
Pero vamos al grano, mis querides lectores. ¿Qué ha estado haciendo este señor “yo-me-lo-merezco-todo“? Parece que ha estado jugando a ocupar la fuerza estatal en las calles, reorganizando el tinglado gubernamental, dándole un toquecito aquí y allá a las instituciones y, ¡cómo no!, metiendo mano en la economía y el gasto público para el beneficio de pocos. ¿El resultado? ¡Ah, qué sorpresa! Las consecuencias de sus políticas liberales las están sufriendo hasta las moscas de la Casa Rosada.
Ah, prrrrrrrermítanme hacer una pausa para expresar mi total repudio a la idea de que este señor se identifique con conceptos de teoría anarquista. ¡Por favor! No hay nada más anti-anarquista que un liberal enamorado de Johnnie Locke. Es como mezclar agua con aceite… o gatos y perros. Y hablando de amor, ¿no les parece rara la relación con su hermana? (guiño, guiño, haciendo referencia a nuestra tarjeta de San Valentín).
Gasto Público
¡Vaya espectáculo! El inicio del gobierno de La Libertad Avanza (LLA), el partido político fundado por Milei, no podría ser más interesante (sarcasmo sarcasmo). La tan prometida motosierra, que causó tanto revuelo en campaña, hizo su primera aparición con una reducción administrativa drástica: más de la mitad de los Ministerios y las Subsecretarías fueron arrancadas por un violento ¡AFUERA!
Pero, ¿a qué precio? Esta medida me parece ser un intento de centralizar el poder, reduciendo la representación de la diversidad de voces y perspectivas.
Frenó el desarrollo de nuevas obras públicas, que podrían generar empleo y estimular la actividad económica mientras mejoran la infraestructura básica del país, deja mucho que desear. Además, la propuesta de modificar el esquema de financiamiento de infraestructura con fondos privados plantea interrogantes sobre la priorización del beneficio económico sobre las necesidades de la población.
Pero ahí no termina la fiesta. Los recortes en gastos de publicidad institucional, la reducción de subsidios de energía y transporte (cuyo valor aumentó en 200%) y el recorte masivo del 38% en jubilaciones y pensiones, uno de los principales gastos estatales, están dejando a muchos ciudadanos en una situación de vulnerabilidad extrema. Y para ponerle la guinda al pescado, el Peluca decide poner fin a las transferencias discrecionales de capital a las provincias, socavando los pilares del federalismo argentino. Todo justificado en aras de solucionar el déficit fiscal, ese monstruo que parece perseguirnos constantemente.
Aunque logró un superávit fiscal en tiempo récord este febrero debido al Ajustazo, y duplicó la Asignación Universal por Hijo y aumentó en un 50% la tarjeta alimentaria, los estragos sociales son evidentes: la pobreza alcanza un alarmante 57% de la población según el Observatorio de la Deuda Social de la Universidad Católica de Argentina; el consumo ha caído en el mercado interno; la moneda está en constante devaluación y la inflación nos ahoga, pues ha sido un desplome del poder adquisitivo de salarios y jubilaciones, situando a la economía argenta en el puesto número uno del ranking mundial con un impresionante 254% de inflación anual.
Pero para el gobierno ultraliberal, todo esto parece ser simplemente un daño colateral, siendo los jubilados y las clases desprotegidas los más perjudicados por el ajuste. Incluso podríamos estar hablando de una “estanflación”.
Mientras declama efervescentemente su discurso, ¿qué hace el gobierno? Culpar a administraciones anteriores por heredar el default de Argentina, desviando la atención de su propia responsabilidad en la debacle económica actual. Ah, la magia del discurso político…
La Necesaria Inclusión
¿Cómo puede alguien que se presenta como defensor de la libertad coartar la forma en que las personas eligen expresarse y ser reconocidas en la esfera pública? Parece que la libertad de Milei tiene límites muy convenientes.
El gobierno de LLA ha tomado la decisión de prohibir el lenguaje inclusivo y la perspectiva de género en toda entidad estatal ¡Qué absurdo! Eliminar el uso del @, x, e, y evitar la inclusión necesaria del género femenino es un retroceso alarmante en la lucha por la inclusión y la igualdad de género, hasta lo considero un acto de censura que va en contra de principios fundamentales.
Parece que el gobierno de Milei está más preocupado por mantener las normas impuestas por la colonizadora Real Academia Española que por avanzar hacia una sociedad más inclusiva y respetuosa de la diversidad.
Es especialmente decepcionante considerando que Argentina fue pionera en América Latina en el uso del lenguaje inclusivo en las universidades desde el 2019. Esto es un acto de censura disfrazado de conservadurismo. ¡Qué falta de visión y sensibilidad hacia las necesidades de la sociedad!
Exabruptos Verbales
Parece que Javier Milei ha convertido las redes sociales en su propio circo personal, donde se dedica a lanzar retóricas vacías a diestra y siniestra. ¿Quién necesita una estrategia de comunicación cuando puedes simplemente soltar lo que te venga en gana, verdad?
Desde sus intervenciones diarias hasta sus pequeñas riñas en X, Milei no escatima en elogios hacia sí mismo ni en ataques hacia sus adversarios. ¿Qué mejor manera de ganarse el respeto y la admiración de la gente que menospreciando a artistas nacionales o burlándose de personas con Síndrome de Down? ¡Es todo un Gentleman!
Ni hablar de sus ataques indiscriminados hacia quién le dé la gana. Desde llamar al Presidente de Colombia una “plaga total” hasta tachar al Congreso como “nido de ratas”. Milei parece no tener límites cuando se trata de soltar improperios. Ni siquiera su propia Ministra de Seguridad se libra de sus ataques, siendo tildada de “montonera asesina” en pleno debate presidencial. ¡Qué clase y elegancia!
Su estilo conflictivo solo ha contribuido a polarizar aún más a la sociedad argentina, creando un ambiente de confrontación y tensión digno de una ópera trágica. ¡Ah, Milei y su habilidad para ser pasivo-agresivo! No hay oportunidad que desperdicie para soltar una diatriba contra la izquierda, siempre con esos conceptos peyorativos y anticuados, como si estuviéramos en plena Guerra Fría. Lanza amenazas como si la izquierda fuera el monstruo bajo la cama que lo persigue todas las noches.
Tampoco nos olvidemos de su obsesión con Cristina Fernández. Parece que no puede dejar de mencionarla en cada discurso, como si fuera su némesis personal. Tiene una manía de referirse a la “casta” política tradicional, como si él mismo no formara parte de esa élite que tanto critica. ¡Hipocresía en su máxima expresión!
También utiliza la fé de la gente, como si Dios estuviera respaldando sus políticas económicas despiadadas para ganar apoyo. Digno de un verdadero maestro manipulador.
Pero lo que realmente roza lo absurdo es su negación de la historia. ¿Cómo puede burlarse y desconocer los 30 mil detenidos desaparecidos de la última dictadura cívico-militar-eclesiástica en Argentina? Es una falta de respeto hacia las víctimas y sus familias, pero parece que para Milei, la historia es solo un detalle insignificante en su búsqueda del poder.
Es evidente su autofloración en tercera persona, como si fuera el messías que salvará a Argentina de sus “100 años de desgracia”. ¡Qué egocentrismo!
Qué esperar de quien parece vivir en una fantasía delirante, donde su perro muerto le da consejos y sueña con la época de la colonización española en el Río de la Plata.
Estas actitudes no han pasado desapercibidas. Críticas constantes a su comportamiento violento y su falta de responsabilidad institucional llueven sobre él, aunque parece que todo eso le resbala. ¿Quién necesita sentido común cuando se tiene un ego tan grande como el suyo?
En fin, queda claro que las palabras y gestos destemplados de Milei no solo son vergonzosos, sino que también comprometen las relaciones internacionales de su país.
Zarpado Inicio de Giras Internacionales
¡Vaya viaje con tintes geopolíticos! Parece que el economista no pierde la oportunidad de sumergirse en aguas internacionales, ¿verdad?
Como experto en marketing, sabe cómo capitalizar su protagonismo internacional. Desde visitar al Papa hasta exponer en la CPAC 2024, junto a personajes como Nayib Bukele y Donald Trump. Escenario utilizado para acercar el trumpismo al electorado latino, empezando con una frase incisiva contra la izquierda, como de costumbre en todos sus discursos.
Su primer destino, Israel, no es una elección casual. Además de las conexiones históricas y culturales entre Argentina e Israel, el viaje se centra en consolidar y profundizar las relaciones bilaterales, especialmente teniendo en cuenta la gran comunidad israelita en Argentina y los atentados antisionistas que marcaron la historia del país en los años 90’s.
Pero más allá de lo personal, nuestro protagonista se muestra como un defensor acérrimo de Israel y su derecho legitimo a la autodefensa en medio del genocidio contra Palestina. Al expresar su apoyo a Benjamin Netanyahu y al gobierno israelí, se distancia de otros líderes latinoamericanos que han optado por romper lazos con Israel hasta que cese el fuego en Gaza.
La Finalidad Ultraliberal
Según su filosofía política, este economista liberal defiende el capital y su libre competencia, su cometido en este periodo primeramente es limitar el intervencionismo del Estado, avanzar hacia estructuras de mercado más competitivas, amparando métodos como la inversión y el comercio.
El Estado argentino es conocido por responder a un sistema de Bienestar de políticas y programas gubernamentales diseñados para garantizar y promover el bienestar social, económico y de salud de sus ciudadanos. Estas políticas suelen incluir programas universales de seguridad social, salud pública, educación gratuita y de calidad, entre otros. Aunque su efectividad y alcance pueden variar según el contexto político y económico del país. Asegura Milei que este tipo de prácticas gubernamentales han llevado a un profundo gasto público al estado inundándolo en una rezagada inestabilidad económica y convirtiéndolo en el deudor mayoritario del Fondo Monetario Internacional (FMI).
Es así como Milei se erige como un anti-establishment, abogando por la eliminación del Estado como lo conocemos, al considerarlo una organización criminal que favorece a la casta política en el poder (cosa que no ha cambiado). Sus críticas apuntan al monopolio estatal y a las prácticas corruptas que, según él, han perpetuado el status quo político durante décadas. Y ahora, con el anuncio de un paquete de reformas que sacudirá los cimientos del sistema político, social y sobretodo económico.
Son tres los paquetes de reformas presentadas. El primero de estos es el Decreto 70/2023, emitido con carácter de Necesidad y Urgencia, el cual modifica más de 300 regulaciones económicas y administrativas con el argumento de reformar el plan socioeconómico establecido en Argentina. Uno de sus aspectos más controvertidos es el intento de otorgar al Poder Ejecutivo la capacidad de promulgar directamente leyes, sin intervención legislativa, amparándose en el artículo 99 de la Constitución, que establece esta facultad en “circunstancias excepcionales“, como en casos de crisis económicas.
Entre los principales cambios que introduce este decreto se encuentra la venta de empresas públicas (en manos exclusivas del Estado) a sociedades anónimas, lo que implica su privatización. Entre estas empresas se incluyen YPF (Yacimientos Petrolíferos Fiscales) y Aerolíneas Argentinas. Este enfoque ha sido criticado como un favorecimiento a intereses empresariales, en línea con las promesas de una reforma laboral que beneficiaría principalmente a los empleadores, incluso con medidas que limitarían el derecho de huelga de les trabajadores. Cabe mencionar que la validez de este decreto está sujeta a la revisión de la Corte Suprema, que debe determinar si realmente existen circunstancias de necesidad y urgencia que justifiquen su emisión, junto a una “inestabilidad parlamentaria”, algo que no parece ser el caso en Argentina.
Ante esta situación, la oposición ha interpuesto un amparo, argumentando que el decreto constituye una desviación de poder y un abuso del derecho público, al violar principios fundamentales de la división de poderes, el sistema republicano y democrático, y los derechos colectivos de la ciudadanía argentina.
Segundo, el término Ley Ómnibus se refiere a un proyecto de ley que abarca múltiples reformas en diferentes áreas, presentado como un único paquete legislativo. Esta estrategia es comúnmente empleada por los gobiernos entrantes para facilitar el debate en ambas cámaras del Congreso Nacional sobre temas que podrían ser objeto de múltiples proyectos independientes. En este contexto surge la Ley de Bases y Puntos de Partida para la Libertad de los Argentinos, presentada por el presidente Javier Milei.
Este proyecto de ley, que complementa al Decreto de Necesidad y Urgencia anterior, propone una serie de reformas liberales en áreas tributarias, laborales y energéticas. Con más de 600 artículos, representa una propuesta ambiciosa que abarca aproximadamente dos tercios del paquete total de reformas promovidas por el supuesto león.
Entre las medidas más destacadas se encuentra la reforma electoral, que busca eliminar las primarias y permitir que cada partido elija su forma de representación según lo considere conveniente. También se contempla la integración de las elecciones uninominales en las provincias, así como la financiación de obras públicas mediante fondos privados. Otros aspectos incluyen la eliminación de la movilidad jubilatoria, la creación de un nuevo mercado de carbono y el control de emisiones, así como la privatización de 41 empresas estatales, entre ellas YPF, Banco Nación, Correo Argentino y empresas de telecomunicaciones.
El rechazo inicial a la Ley ómnibus por parte de la oposición desencadenó un enfrentamiento entre el gobierno nacional y los legisladores. Sin embargo, la necesidad de obtener la aprobación de esta ley ha llevado al gobierno a reconocer la importancia del diálogo con los diversos agentes políticos. Dado que su bancada es minoritaria en el Congreso, el gobierno se ve obligado a negociar con la oposición y reunir sus votos para lograr la aprobación de la Ley Ómnibus.
Su verdadera intención es entablar un diálogo con los gobernadores provinciales para alcanzar un acuerdo a través de transferencias discrecionales, un aspecto crucial en el sistema de coparticipación federal. Se espera convocar la firma del Pacto de Córdoba el próximo mes de mayo, un hito destinado a modificar el plan socioeconómico que ha sumido a Argentina en una situación de deterioro, según Milei.
El objetivo final es poner fin al intervencionismo estatal, marcando así el camino hacia una nueva dirección de neoliberalismo en la gestión de políticas públicas y la administración económica del país.
¿Qué nos deparará el futuro con un sujeto tan… singular?